El Sortidor (Poble Sec)


Plaça del Sortidor, 5, Poble Sec, Barcelona. Teléfono: 935 18 85 44




Cocina mediterránea elaborada con mimo y dedicación. Podéis degustar tapas, vermut casero, croquetas de "ceps" excelentes, bacalao confitado, una burrata excepcional, pasta,salteado de verduras con calamares y una selección de postres exquisita: 
pan con chocolate, aceite y sal, tiramisú casero... Todo en un restaurante que conserva cuidadosamente sus orígenes modernistas, y cuida con gran esmero la decoración de sus mesas. Sentarse en una mesa de este restaurante, o en su terraza es el mejor mirador para observar de cerca la vida de las calles del Poble Sec.
 
Curiosidades del Poble Sec:
 
El restaurante está situado en la tranquila Plaça del Sortidor 
en la que se puede tomar un aperitivo, en la terraza del
restaurante que ocupa la misma plaza, o comer mientras 
se disfruta de la luz natural que dejan pasar las grandes 
vitrinas modernistas que enmarcan el acogedor y antiguo 
comedor, cuyas mesas de mármol y sillas de madera antiguas 
conservan el aire de principios de siglo. La primera vez fui 
con un grupo de amigos y uno de ellos medio en broma 
preguntó dónde estaba el surtidor... Y eso me hizo pensar en 
la siguiente paradoja:¿el barrio se llama Poble-Sec y tiene una
plaza que se llama el Sortidor? Parecía que las nomenclatura 
urbanística nos estaba tomando el pelo... El Poble-Sec fu 
un lugar en el que abundaba el agua que procedía de 
Montjuïc, y por ello cuando se instalaron en la zona fábricas 
textiles que acapararon el agua de los pozos, los habitantes 
del barrio, hacían referencia a esa zonacon el nombre de 
Poble-Sec y esa fue el nombre que conservaría la zona hasta 
la fecha... Precisamente, en la plaza de este emblemático 
barrio de Barcelona había un surtidor que fue trasladado a 
Montjuïc con el afán de embecer la Exposición Universal de 
1929. Estos hechos históricos explican que hoy en la 
decimonónica únicamente conserve el nombre del "sortidor".
 
La  fábula:  "La carcajada"
 
La plaza del surtidor. Sus ojos azules, claros se detienen en el
remanso de cada detalle del bistrot. Sí, parece que estoy en 
un café francés. El espejo a lo largo del camino: aquí los 
espejos observan plácidamente a los comensales. Armonía de
pulcros manteles blancos y luces ténues. Cierra los ojos y 
escucha de nuevo su música francesa preferida. Cuando 
los vuelve a abrir, puede observarse en el espejo: lleva un 
vestido azul a media pierna, con un estampado de pequeños 
delfines. Parece una muñeca rubia de los años 70; las raiban 
sobre su cabeza desvelan su gusto, paradójicamente actual,
por recuperar el pasado. Enciende un cigarrillo mientras en el
espejo busca el rostro de su frialdad. El músico que conoció 
ayer noche, y al que piensa abandonar en cuanto acaben 
la comida, está a punto de llegar al restaurante. No ha podido
elegir mejor lugar para su despedida.Qué quiero le pregunta 
a su imagen: y su boca le responde con una sonrisa que 
pronto se convierte en una carcajada. Los espejos retratan 
minuciosamente el espectáculo de la pequeña rubia que 
tararea canciones francesas y espera respuestas..., divertida. 
 
 
Dedicado a la rubia que me acompaña cada día 
con sus carcajadas.
 
 
 
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario